← Boletín 3 - Noviembre 2018

IntercambiEIS
Boletín digital de Educación Integral en Sexualidad para América Latina y el Caribe

Haciendo camino al andar (3)

La articulación histórico – política de la EIS en Chile

Entrevistado: Mag. Leonardo Arenas, Coordinador Nacional de HYPERLIN, Chile
https://www.aidshealth.org/global/chile/AHF

Entrevistadora: M. Alejandra Olaiz (CdP)

Alejandra: - ¿Cuáles son las conclusiones a las que llegaste en tu investigación, sobre el VIH y la articulación histórico-política con la EIS?

Leonardo: - La investigación de mi tesis parte reconociendo que han existido intentos de implementación de educación sexual en todos los gobiernos, en Chile,  desde la recuperación de la democracia, es decir de 1990 en adelante. Unos con mayor profundidad y amplitud en lo estratégico, en otras ocasiones más declarativos que con propuestas concretas. A veces con una cobertura limitada a programas pilotos, en otras ocasiones tratando de impactar  a nivel nacional.

Sólo indagué las propuestas del estado de educación sexual o educación en sexualidad como se empieza a llamar desde el 2010 en adelante. Quedando en deuda las propuestas de la sociedad civil que fueron valiosos soportes en los espacios donde no se encontraba la respuesta gubernamental. Es una deuda de la investigación que espero alguien se atreva a abordar en futuro cercano.

Lo más conocido y de mayor desarrollo teórico y metodológico fueron las Jornadas de Conversación sobre Afectividad y Sexualidad -JOCAS- implementadas entre los años 1994 y 1998. Este tuvo un peak mediático en 1996 cuando se generó una polémica a nivel nacional entre el gobierno, los sectores políticos oficialista que apoyaban las JOCAS, y los sectores conservadores  - que boicotearon la propuesta -  y la Iglesia que partió con una crítica muy fuerte; pero luego se vio matizada por sectores más progresistas de la Iglesia que reconocían la necesidad de abordar la educación sexual. 

Esta polémica aún se recuerda; lo que reconoce el impacto que tuvo en su época. Dos ejemplos de eso para ilustrar; por ejemplo una senadora ha manifestado reinstalar las JOCAS como propuesta educativa. Ella fue monitora, de estas jornadas en aquel entonces y a pesar de estar ligada a los sectores de la DC (Democracia Cristiana), cree que fue un excelente abordaje. 

Lo otro es que la misma periodista que denunció las JOCAS en un reportaje publicado en el Diario El Mercurio el 08 de septiembre de 1996, vuelve a criticar otra iniciativa en 2016, es decir veinte años después (bueno, veinte años no es nada según una famosa frase de un tango). Esta vez fue la publicación del libro: “100 preguntas sobre sexualidad” que editó la Municipalidad de Santiago respondiendo a las preguntas de estudiantes de dicha comuna sobre aspectos de la sexualidad. Pilar Molina, la periodista en cuestión, clasificó el libro como de pornografía. 

Parte de las conclusiones ya las expuse más arriba, planes o programas con diferentes proyecciones, más bien impulsadas por episodios mediáticos, con poco abordaje de integración con la malla curricular. Muchas de estas propuestas fueron incorporadas en la extensión horaria y no dentro de la malla curricular obligatoria, sin procesos de evaluación y sin una propuesta metodológica. Al parecer, un debate fuerte son los referidos a los contenidos que debían abordarse, sin hacer una vinculación con la metodología pedagógica a aplicar; y quizás se deba a que, mayoritariamente, no son profesionales de la educación quienes han propuesto y demandado por la EIS.

Una excepción es el Programa de Aprendizaje en Sexualidad y Afectividad -PASA- de la Universidad de Chile. Dentro del Plan Nacional de Educación en Sexualidad y Afectividad 2005-2010, se integró la capacitación a docentes y asistentes de la educación. Este programa fue elegido por el Ministerio de Educación por su metodología, de caso de aprendizaje. 

Alejandra: - ¿Podrías contarnos, desde tu perspectiva, cómo se aplica actualmente la EIS en Chile?

Leonardo: - Este año asumió un gobierno de centro-derecha en Chile, sin propuestas claras respecto de la educación en sexualidad. De hecho, no existió en su Programa de Gobierno referencias a este ámbito. Y asume cruzado por la demanda de una “educación no sexista”; la aprobación de las causales de aborto (uno de los temas más debatidos en el año pasado) y el aumento de las nuevas notificaciones en VIH. Todo este conjunto de temas reclama “educación sexual” con urgencia.

En el plano normativo, la Ley No. 20.418 de 2010 estableció la obligatoriedad de los establecimientos educacionales con enseñanza secundaria de impartir programas de educación sexual. Pero no existe la capacidad fiscalizadora, ni la voluntad política para hacer realidad esa obligatoriedad.

En el gobierno de Michelle Bachelet, el Ministerio de Educación sólo propuso unas Guías para diseñar e implementar educación sexual en los colegios, dejando al libre albedrío que lo hicieran y con una flexibilidad respecto de los contenidos a abordar. Bajo su administración, Chile adhirió al documento: “Consenso de Montevideo” en donde se establecen los contenidos mínimos a abordar en una educación en sexualidad.

El actual presidente es el mismo bajo el cual el Ministerio de Educación introdujo una “lógica de mercado” al proponer un Portafolio de Programas de ES para que los colegios optaran a capacitar a sus docentes. Actualmente, según se registra en la página web de Convivencia Escolar (área en donde se ubica la Sexualidad y Afectividad) del Ministerio de Educación sólo se encuentran cuatro de los siete programas originalmente aprobados por el MINEDUC. No deja de sorprender que son los programas más conservadores de aquel Portafolio propuesto por el Ministro de Educación de la época. 

Actualmente es una discusión abierta que se transforma en una oportunidad para las fuerzas progresistas. Al interior del gobierno conviven visiones conservadoras y liberales, desde aquellas que valoran la libertad individual hasta aquellas que pregonan desde los atrios evangélicos su disposición a luchar contra la “Ideología de género”. 

La sociedad civil debe aprovechar tensionar estas fracturas al interior del gobierno, aislando a los sectores más conservadores, promoviendo una agenda de derechos en donde la EIS es parte fundamental del currículo escolar en todos sus niveles.