IntercambiEIS

Boletín digital de Educación Integral en Sexualidad para América Latina y el Caribe

¿Por qué y desde cuándo se celebra la Semana Andina de prevención del embarazo en la adolescencia en Ecuador?

En el 2007, en Bolivia en la Reunión de Ministros y Ministras del Área Andina REMSAA, con Resolución XXVIII/437 se define reconocer las consecuencias del embarazo no planificado en adolescentes como un problema de Salud Pública dentro de la Subregión y declarar prioritario elaborar planes para su prevención y atención. Así mismo, se insta al Organismo de Salud- Convenio Hipólito Unanue ORAS-CONHU a que conforme y apoye un Comité Técnico y el respectivo Plan Andino de Prevención de Embarazo en Adolescentes con la asistencia técnica de UNFPA a nivel regional y en los países.

Cada año se celebra la Semana Andina y Centroamericana para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, instituida inicialmente por la REMSAA XXIV/4, emitida en Caracas, Venezuela el 19 de octubre del 2010. Posteriormente los Ministros de Salud de Centroamérica se adhirieron a esta semana, a través de la Resolución LXIII, emitida en El Salvador, el 11 de diciembre del 2015.Posteriormente se unieron los países del Cono Sur.

Durante esta semana las entidades gubernamentales, especialmente los Ministerios de Salud, de Educación, las organizaciones de la sociedad civil, particularmente de adolescentes y jóvenes, realizan una serie de actividades con el objetivo de generar conciencia sobre este importante problema que afecta a nuestros países.

¿Cómo se presenta y cuál es la magnitud del problema en el país?

El embarazo en adolescentes es un grave problema que afecta de manera general a la región, Ecuador se encuentra entre los países con más alta tasa de Embarazo en Adolescentes. Cada día en Ecuador 5 niñas menores de 15 años y 142 adolescentes entre 15 y 19 son madres, para todas ellas el presente y el futuro cambia radicalmente.

Otro dato que llama la atención es que en Ecuador 2 de cada 3 embarazos son no intencionados

La mayoría de casos de embarazos en niñas y adolescentes sucedieron cuando se encontraban fuera del sistema educativo o su condición de embarazo las obligó a dejarlo, lo que repercute a largo plazo, en sus oportunidades de vida. Como resultado de ello, las madres adolescentes, sus hijos, hijas y familias, tienen mayor vulnerabilidad a la pobreza y a la exclusión social.

Según el estudio de Costos de Omisión de SSR en Ecuador 6.487 adolescentes abandonaron sus estudios por un embarazo, lo que da un total de 36.871 años de escolaridad perdidos, esto equivale a 728.5 millones de dólares de ingresos perdidos que habrían percibido de no haber abandonado los estudios antes del nivel superior.

Las brechas educativas existentes entre las mujeres que fueron madres en la adolescencia y quienes decidieron postergar su maternidad a la vida adulta son enormes. Existe una probabilidad del 6% mayor de terminar la escolaridad (primaria y secundaria) para quienes son madres en la vida adulta. Esta diferencia fue aún más grande al llegar al nivel de educación superior (11% más).

El costo de oportunidad de la educación debido al embarazo en adolescencia y la maternidad temprana por abandono y rezago escolar representa una pérdida económica de 59,6 millones de dólares para el 2017. Esta pérdida se da debido a las diferencias en el nivel de educación alcanzado y sus efectos sobre ingresos laborales entre las madres que fueron adolescentes y aquellas que decidieron postergar su maternidad a la vida adulta.

El costo de oportunidad del embarazo en la adolescencia y la maternidad temprana vinculado a los ingresos laborales fue de $ 131.951.572 dólares para 2017.

El costo sanitario del embarazo adolescente, asociado a la mortalidad materna, señala que en el 2017 se perdieron 1948 años potenciales de vida de las adolescentes y 1397 años de vida productiva. La pérdida social que representa esta mortalidad materna en adolescentes alcanzó los $5.609.838 dólares. Los gastos asociados a la atención del embarazo en adolescentes fueron de $76.904.366 dólares. Por ello, invertir en la prevención de embarazo en la adolescencia implica disminuir los gastos asociados a la atención sanitaria, así como apostar al bienestar de las mujeres madres adolescentes, sus hijos y de la sociedad en su conjunto.

La maternidad infantil, producto de violencia sexual conlleva importantes consecuencias para la salud de las niñas, su autonomía y especialmente para el ejercicio de sus derechos y sus posibilidades a futuro.

¿Cuáles son las estrategias que se implementan en el país para abordarlo? ¿Con quiénes y cuáles son los principales resultados y desafíos?

En Ecuador, desde el 2007 se han trabajado estrategias para la prevención del embarazo en adolescentes, actualmente se cuenta con importantes avances en este tema marcos normativos, tales como el Plan Nacional de Salud Sexual y Reproductiva,  la Política Intersectorial de Prevención de Embarazo en Niñas y Adolescentes, Ley  Orgánica Integral para prevenir la  VBG, Ley Orgánica de Educación Integral; las Oportunidades Curriculares en EIS, estas últimas se desarrollaron con el apoyo de UNESCO y de UNFPA LACRO- FLACSO Argentina, actualmente en proceso de implementación con Docentes a través del Curso virtual RECONOZCO. Así mismo, se ha fortalecido el trabajo para promover la participación y liderazgo con adolescentes y jóvenes.

Para la implementación de la Política, se cuenta con un Comité Interministerial donde participan cuatro ministerios, Salud, Educación, Inclusión Económica y Social y también la Secretaría de Derechos Humanos. Se cuenta con un plan de implementación y se están desarrollando acciones conjuntas en territorios priorizados en el país. Y con el apoyo del Grupo Interagencial de Naciones Unidas que incluye seis agencias del sistema (UNICEF, UNFPA, OPS/OMS, OIM, ONU Mujeres, ACNUR, PMA, ONU Sida y la Oficina de la Coordinadora Residente).

A pesar de los esfuerzos nacionales el embarazo en niñas y adolescentes, sigue siendo un grave problema para nuestro país, sobre todo en las menores de 14 años.

La evidencia a nivel mundial demuestra que para prevenir el embarazo adolescente se deben trabajar estrategias intersectoriales: educación, incluida EIS, acceso a servicios de SSR (incluidos métodos anticonceptivos de larga duración), trabajo con las familias y las comunidades, así como empoderamiento y participación de adolescentes y jóvenes. En el caso de las adolescentes menores de 14 años prevenir y fortalecer la respuesta integral y los sistemas de protección frente a la violencia sexual.

Solo si juntamos todos los esfuerzos, entre instituciones nacionales gubernamentales y de la sociedad civil, especialmente de adolescentes y jóvenes haremos frente a este grave problema, y contribuiremos a cambiar las historias de vida de las niñas y adolescentes.