El Papa, la fragilidad de la Presidenta y los medios

Miradas al Sur
Fecha de publicación: Domingo 29 de Diciembre de 2013
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El Papa, la fragilidad de la Presidenta y los medios

Entrevista. Luis Alberto Quevedo.

Para Luis Alberto Quevedo, sociólogo de Flacso, en un análisis del año que termina no se puede dejar de lado la elevación al papado del cardenal Jorge Mario Bergoglio, transformado, desde ese momento, en el papa Francisco. “Creo –señala Quevedo– que el papa Francisco marca un nuevo estilo, con mayor vitalidad y permite esperar que haya cambios de fondo, necesarios, en el Vaticano. Hace poco estuve en Italia y pude percibir, entre la gente, una mirada distinta hacia la figura de un papa más distendido, menos lejano”.

En cuanto a lo que se puede esperar del nuevo conductor de la Iglesia Católica, Quevedo puntualiza que, “por ahora, el papa Francisco no ha entrado de lleno en la agenda más pesada, pero ha mostrado un nivel de independencia que desmonta las presunciones que se hicieron acerca de que batallaría contra el gobierno de Cristina Fernández, o que intervendría más en la política interna de Argentina”. Con lo que el analista pone el acento en un horizonte menos ceñido a las fronteras internas, y más vinculado con aspectos políticos internacionales.

En ese sentido, subraya que la elección de un Papa latinoamericano fue una buena noticia “no únicamente para los católicos o los cristianos, sino porque también ha establecido puentes más llanos en la relación con la gente. Inspira confianza, y es de esperar que avance sobre temas que son importantes no sólo para los miembros de su iglesia, como es la actitud ante los sacerdotes pedófilos, que hasta hoy no ha sido clara”.

La Iglesia Católica, en especial durante el mandato de Benedicto XVI, cuando florecieron las denuncias por pedofilia en medio Occidente, mostró una actitud poco definida que recibió muchas críticas de sus propios practicantes.

El segundo hecho destacable del año, por sus implicaciones directas y porque ha dejado un cuota de expectativa y duda en el ciudadano medio, es la combinación entre la salud de la Presidenta Cristina Fernández y las elecciones de octubre.

Para referirse a este tema, Luis Alberto Quevedo recurre a la referencia clásica de los “dos cuerpos del rey”, que fundamentó las coronas en la edad media, y que sigue manifestándose, aunque sea indirectamente, en las democracias. El rey, el gobernante, tiene una identidad de “doble cuerpo”, es alguien que puede enfermarse o morir como cualquier hijo de vecino pero, al mismo tiempo, como parte del Estado, es una figura de quien se espera que sea ajena a las debilidades humanas.

“La enfermedad de la Presidenta hizo presente la fragilidad humana de la persona y, de alguna manera, reflotó un aire de tragedia que parece acompañar a los Kirchner. Néstor Kirchner murió con 60 años, los mismos que cumplió este año Cristina. Y el accidente que tuvo que tuvo la Presidenta, más la intervención posterior, reavivó ese halo de sino trágico, que no tiene asidero racional, pero que no se puede evitar”, dice Quevedo, agregando que “si bien la Presidenta se ha reintegrado a la actividad después de 45 días, se sigue sintiendo una cierta fragilidad, una ausencia de la persona”.

En este último sentido marca una diferencia entre la presencia personal y la política: “En su retorno se ve que la Presidenta ha tomado en cuenta las elecciones de octubre, el mensaje que contiene sus resultados, porque sus decisiones y los cambios producidos van en esa dirección. De todas maneras, su salud abre un interrogante para el año que empieza, porque la sociedad la nota como algo lejana de su perfil habitual”.

Puesto a elegir un tercer hecho destacable, cosa que siempre es difícil porque significa dejar afuera otras opciones, Quevedo se queda con el fallo de la Suprema Corte legitimando la ley de medios, “porque puso en evidencia que la Justicia, que algunos esperaban que se enfrentara con el gobierno, tiene un sentido de la responsabilidad claramente republicano; como lo demuestra convalidando una ley que marcará un antes y un después en la historia de los medios de comunicación en Argentina”.

Abunda sobre el tema cuando recuerda que algunos grandes medios hicieron especulaciones que suponían a la Suprema Corte de su lado, “pero se equivocaron –dice Luis Alberto Quevedo– y me alegra por el buen funcionamiento de las instituciones de la República”.

Para el sociólogo, todo lo que implica democratizar la información y evitar el monopolio y manipulación de la misma es, en tanto se convierte en leyes, un fenómeno de trascendencia que abre un camino hasta hoy inédito.

“Esta ley –dice Quevedo– no tiene la transitoriedad de un acuerdo de precios, o un aumento de impuestos, algo cuyos efectos se aprecian de inmediato, de hoy para mañana, pero modifica la relación de la gente con la información y los canales por los que llega o se propaga, con lo que abre nuevos caminos”.