Entrevista a Ana Miranda

Entrevista publicada en “Espacios políticos” el 11 de junio de 2014

¿Qué aspectos son los fundamentales a la hora de diseñar una política pública en el área de juventud?

Una primera cosa a tomar en cuenta en el área de juventud es que nos encontramos con una política social nueva, en el sentido de que no estamos hablando de una clásica política social sectorial, nos podríamos referir a los clásicos sectores: educación, salud, trabajo, sino una política de sujeto. Estamos hablando ya de una política que, por sus características,  implica que nosotros no pensemos, como se piensa tradicionalmente, las áreas de diseño y de gestión de las políticas sociales, sino que ya pensemos en un carácter integral o abarcativo. En este caso uno podría pensar, ya hablando en términos contemporáneos, del “ciclo vital”. Este es un primer aspecto. La política de juventud no es una política tradicional-sectorial, sino que es una política contemporánea que en general se piensa desde el punto de vista del sujeto. Pensar desde el punto de vista del sujeto implica ya pensar la integralidad que acompaña a una persona durante la etapa de su juventud. Y en este caso, en general, todo lo que se piensa de las políticas de juventud, por lo menos en nuestros días, es que las acciones tienen que tender a esta integralidad. Se piensa, por ejemplo, un servicio de atención que pueda tener distintos modelos de acompañamiento y asesoramiento a los jóvenes y en puntos a ventanillas únicas, donde, por ejemplo, un caso clásico de política de juventud es la oficina de juventud que, en todo caso, puede concentrar  una oferta temática general o sectorial general que tenga que ver con los jóvenes. Hay casos clásicos, por ejemplo, la oficina de Juventus de España  que es un lugar donde vos entrás y podés tener información de temas relativos a salud, vivienda, educación, turismo joven u otros aspectos que tengan que ver con la condición juvenil en sí misma, como por ejemplo consumos culturales, políticas de desarrollo, etc. En este punto, si uno piensa en lo que serían los debates  actuales y contemporáneos específicamente, los especialistas en juventud dirían primero que el carácter de integralidad es innegable, uno tiene que pensar efectivamente en un sujeto, en un sujeto como es en términos complejos; y otro punto sería pensar en el carácter específicamente afirmativo de la condición juvenil. Esto quiere decir tener en cuenta aquello que distingue particularmente a un joven de cualquier otra persona. Porque, bueno, salud, educación, vivienda necesitamos todos: los adultos, los jóvenes, los niños…Entonces pensar cuál es la particularidad de la condición juvenil que hace que tengamos que pensar en una política de juventud en sí misma y en este caso se dice que las políticas afirmativas son todas aquellas  que afirman en sí mismas la condición de la juventud. Por ejemplo, pueden afirman las transiciones que suceden durante la juventud como el caso de pasar de la educación al mundo del trabajo,  pasar de la vivienda familiar a la vivienda propia,  pero particularmente también otros ámbitos que tienen que ver con que fundamentalmente en esta época, durante la juventud,  sucede un período que algunos también denominan  como “tiempo liberado”. ¿Qué sería esto? Sería una cantidad de tiempo en donde se producen una serie de experimentaciones, intentos o proyectos  y pruebas en donde, de alguna manera, las personas vamos buscando nuestra identidad, nuestros gustos, nuestra trayectoria  de vida de largo plazo; no es algo que no vaya a cambiar en el futuro, en el futuro puede cambiar rotundamente, pero hay algo ahí en el período de juventud  en donde de alguna forma y en términos generales, porque esto no se aplica a todos los grupos sociales ya que tiene particularidades en cada grupo, pero uno podría pensar en términos generales  que hay una etapa en la cual uno va ganado cierta autonomía emocional, en el sentido de que ya no depende tanto de los adultos; pero tampoco  asume por completo todas las responsabilidades que después le tocan en el mundo adulto y en esta etapa de “tiempo liberado” o “de condición juvenil”  uno dice  hay un conjunto de consumos, consumos culturales sobre todo: viajes, estudios, tiempo disponible, etc. que ameritan una política en sí misma y esa política en general, cuando uno dice afirmativa, se piensa sobre todo en el cuidado, en el cuidado de la salud, en la posibilidad de tener conductas saludables y no comprometer  su futuro, por ejemplo con algún consumo excesivo de alcohol o con algún accidente; uno podría pensar en la cantidad de accidentes de tránsito que sufren los jóvenes que toman algunos riesgos. Entonces, hay una política específica de juventud que tiene que ver efectivamente con el período concreto que están viviendo. Y de esto se trata, de políticas afirmativas y políticas de integralidad, este es el debate que se tiene en el mundo especializado.

¿Qué es una política pública de juventud?

Las políticas públicas de juventud tienen un largo recorrido.  Juventud es una categoría bastante moderna. La juventud en hechos masivos, en el mundo occidental en general,  tiene un momento de aparición en los años 60, 70. Y en América Latina, en los años 70. Pero la juventud tiene un lugar en la agenda pública  sobre todo a partir del año 1985 cuando se marca el año internacional  de la juventud y ahí aparecen una cantidad de acciones y políticas específicas que se empiezan a desarrollar en el área. En el caso de Argentina, también a partir del año 85 con el año internacional de la juventud. En un primer momento las políticas de juventud fueron de consumos culturales y de afirmación en sí mismas, de la productividad  de los jóvenes, de la productividad cultural, de la productividad artística. Posteriormente, en los años 90, tuvieron una impronta muy ligada a la asistencia, sobre todo los grupos más vulnerables y ciertos programas que trataban de acompañar  la inserción laboral de los jóvenes.  A partir de este último período, que uno podría marcar en 2003, han tenido características diferentes. Definir unilateralmente de qué se trata una política de juventud es difícil, pero en general es posible pensar  que está relacionado con todo aquello que tenga como foco de atención  a las personas entre 15 y 29 años de edad. Sin embargo, un plan materno puede tener esa población como objeto y no ser una política de juventud., sino ser sólo una política de maternidad. Qué son las cuestiones que definen una política de Juventud es una discusión que, sobre todo en el área de salud, todavía está abierta y que es muy interesante. Y esa discusión, justamente, tiene que ver con ir reconociendo las particularidades de esta etapa, y de las distintas etapas que hay al interior de la juventud. Porque no es lo mismo ser  madre a los 15 años, que a los 24, que a los 29, a pesar de que podríamos pensar que todas estas personas son jóvenes. Una política de juventud además de reconocer las particularidades de esta etapa busca, desde mi punto de vista, apoyar de forma satisfactoria las transiciones del largo plazo, digamos. Las particularidades de la juventud dentro del ciclo vital y sus consecuencias   para  el futuro.

Pensando en un período que abarque los últimos 10 años ¿cuáles son las principales políticas públicas que se han desarrollado en el área?

A nivel local, la política más fuerte en juventud ha sido la de educación. Todas las acciones, en términos legislativos, que se tomaron para asegurar la educación en las nuevas generaciones es la impronta más fuerte y más general que se ha tenido como política pública destinada a la juventud. Me refiero puntualmente a la extensión de la obligatoriedad escolar hasta el nivel secundario,  la Asignación Universal por hijo y, actualmente, el programa ProgresAr. Si uno ve el paquete completo, es un paquete que apuesta fuertemente a la educación  y dentro de eso, a la educación como un derecho dentro del sistema formal. Para mí esto es muy importante, porque yo estuve trabajando e investigación durante los años 90, y lo que veíamos es que cuando se ofrecía este tipo de cosas se ofrecían, por lo general, cursos cortos. Me acuerdo, por ejemplo, del Proyecto Jóven que ofrecía cursos cortos, de tres meses, en alguna ONG. Si yo tengo que ver hoy la diferencia, por ejemplo, con otro programa grande como es Jóvenes con más y mejor. Y esto es un salto infernal frente a un programa que daba cursos cortos de tres meses en una ONG ad hoc, tengo un programa fuerte que está impulsando a que los chicos y las chicas terminen el secundario, tengan inserción laboral activa, y es un programa sostenido durante, prácticamente, tres años. Esto da cuenta de que ha habido una apuesta muy fuerte por la educación formal y por la inclusión educativa, como una de las cosas más significativas. Después está todo lo que sería el movimiento  de lo que se llama ahora de la nueva participación o de la nueva aparición pública  de los jóvenes en la escena política, y en ese sentido yo creo que hay un tema que nosotros vemos, y no sólo en Argentina,  sino en numerosas parte del mundo presenciamos que la juventud está ocupando el espacio público. Lo pudimos ver en Brasil, el año pasado; lo vimos en su momento lo que se conoció como “La primavera Árabe”;  lo vimos en Francia hace algunos años también reclamando por ciertas medidas también que quitaban  ciertos derechos de políticas que habían adquirido los jóvenes. Entonces hay una predisposición fuerte de la juventud por ocupar el centro de decisión de la escena pública. Me parece, en este sentido, sí lo que ofrecieron distintos partidos políticos y agrupaciones es efectivamente la posibilidad de canalizar eso desde medios más grandes; y eso ha sido un proceso que nadie ha terminado de medir en términos concretos pero sí es un proceso efectivos en donde esa protesta que uno ve en otros lados y que la ve tan desorganizada  e instantánea; aquí mismo aparece con una forma con mayor organización y con una propuesta clara de integración. Pero esto es una forma política, ha sido una forma de política de juventud en sí misma. Si nosotros tenemos que ver a la juventud de hoy, sí ya tenemos que pensar en los más más jovencitos que son los que están con entre 15 y 18 años hoy en día.

¿Cuál es la real importancia de que los gobiernos se ocupen en desarrollar e implementar políticas para la juventud?

La importancia radica en que la juventud es un momento clave en el cual uno puede promocionar la movilidad social y las condiciones de vida saludables  o puede dejarlas estar. Efectivamente es una etapa clave para lo que sería el proceso de reestructuración general. Entonces si uno puede apostar en una condición afirmativa sobre la juventud yo creo que está invirtiendo en términos clave para  tener un desarrollo social más integrado y más justo.  En este sentido me parece que es preciso mirar en términos afirmativos porque es muy fácil caer en posturas que son estigmatizantes, por ejemplo cuando uno ve que se discute acá, pero se discute también en Europa,  la categoría “Ni-Ni” es una categoría profundamente estigmatizante, además habla bien de lo que serían los prejuicios de pensar en dobles estándares, de pensar que si un joven de clase media-alta no sabe bien qué hacer  y se anota en una carrera y después en otra y no trabaja es un bohemio y está buscando su vocación; si ese mismo chico es pobre es un “Ni Ni” y un peligro social. Esto habla mucho de nosotros mismos. Los juvenólogos estamos cada vez menos preocupados por los jóvenes y más preocupados por los adultos; muchas veces de la misma forma como hablamos de los jóvenes, más que hablar de los jóvenes hablamos de nosotros mismos y de nuestras propias limitaciones y prejuicios.

En la región de América Latina ¿cómo se encuentra posicionada Argentina en cuanto al desarrollo de políticas de juventud?

América Latina tuvo un desarrollo de políticas de juventud  en los años 80. Posteriormente, en los años 90, al igual que toda la política social tuvo un énfasis mucho más focalizado y asistencialista, de hecho en algún momento se hablaba de “contención del ajuste”  y actualmente, si uno ve en conjunto a los países de la región, está tendiendo más bien a realizar políticas más bien universales, como la política de asignación universal, los programas de ingresos condicionados y todos bastante ligados a la óptica de derecho. Argentina, en ese sentido, ha seguido la pauta latinoamericana en general, sí ha expresado un énfasis claro en educación, es un país donde la educación obligatoria llega hasta los 18 años, y me parece que actualmente el plan ProgresAr consolida  esa tendencia. Sí lo que podemos encontrar, tal vez, en algunos otros países es mayor nivel de sofisticación en el sentido de oficinas o secretaría de juventud que tienen rangos más altos dentro de la estructura general del gobierno. Brasil, en este sentido, es un caso excepcional ya que pasó por una situación de no haber  ninguna oficina, con el gobierno de Lula hubo políticas muy fuertes  y al mismo tiempo una secretaría muy dedicada a estudios, a investigaciones, a tratar el tema de juventud posicionado de otra manera. Lo que se puede observar entonces que existen lugares donde esto está más concentrado y otros lugares donde está más disperso. En el caso de Argentina yo lo veo más disperso, no tan especializado en una oficina única, pero sí muy positiva.