Hacia dónde va el Mercosur en 2017

Hacia dónde va el Mercosur en 2017
Aportes de Mercedes Botto, directora del Programa de Cooperación e Integración Regional de FLACSO, en torno a las relaciones entre el Mercosur y la Unión Europea.
Por Sofía Terrile.
Publicado en diario La Nación el domingo 12 de febrero de 2017.
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Hacia dónde va el Mercosur en 2017

El nuevo escenario global sacudió el tablero para el bloque que tiene como principales socios a la Argentina y Brasil y que el año pasado vio caer sus niveles de intercambio; los analistas creen que se abren oportunidades para plantear negociaciones.

Un 2016 que fue el perfecto ejemplo de la teoría del Cisne Negro -eventos inesperados e inusuales que luego se analizan por retrospección- y los cambios de signo político en Brasil y la Argentina sacudieron el tablero para el Mercosur. El bloque se despertó de un golpe y todavía está acomodándose para reaccionar ante un contexto político y económico internacional cada vez más incierto.

De la reunión entre el presidente Mauricio Macri y su par brasileño, Michel Temer , que tuvo lugar el martes último en Brasilia, quedaron claras las intenciones de ambos de dar un “impulso histórico” al Mercosur. Un 2017 con Donald Trump , el Brexit y una Unión Europea cautelosa ante posibles mayores cambios políticos no parece el mejor escenario, según los analistas. Sin embargo, se señala también que el bloque puede aprovechar la oportunidad del caos y, en un año de reacomodamiento del rompecabezas mundial, tejer relaciones con jugadores a los que no había podido acercarse antes.

En primer lugar, los analistas coinciden en que, si no se aceitan las relaciones bilaterales entre las dos economías más grandes, las de la Argentina y Brasil, el bloque no tiene posibilidades de fortalecerse.

El economista Dante Sica, director de la consultora Abeceb, opina: “Hay una oportunidad fenomenal entre los dos países. Cuando uno observa el diseño de sus políticas comerciales, monetaria y cambiaria, nunca habían estado tan en sintonía. No habrá problemas colaterales producto de políticas disímiles”.

Desde la presidencia de la Cámara de Comercio Argentina-Brasileña (Cambras), Jorge Zabaleta sostiene que lo que debe primar es “una unión estratégica enfocada en lo económico” para, además de dar fuerza al bloque, impulsar lo interno de cada país. “Ambos están con situaciones complejas, y es por eso que buscan un horizonte más sólido. Ahí es donde empieza a aparecer tu primer socio natural”, continúa.

El efecto Trump

Brasil y la Argentina buscarán expandir sus horizontes en una arena llena de situaciones inciertas. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), las proyecciones para el intercambio global indicaban que para 2016 el avance en volúmenes sería de un 1,8%, el más lento desde la crisis de 2008. Los cambios en la Casa Blanca tampoco aportan más certezas: todavía existe el debate sobre si las propuestas de Trump son solamente retórica o serán realidad.

“En 2017, el Mercosur tendrá que hacer un esfuerzo para una mayor inserción internacional, y da la impresión de que los organismos multilaterales no van a ayudar. Las negociaciones en la OMC están paradas y no creo que en lo inmediato puedan avanzar rápido, menos con la actitud de Trump”, señala Jorge Lucángeli, director de la maestría en Relaciones Económicas Internacionales de la Universidad de Buenos Aires.

Según la opinión de Camilo Tiscornia, director de C&T Asesores Económicos y profesor de Economía Monetaria en la Universidad Católica Argentina, el principal problema de Estados Unidos es China. Explica que el país norteamericano tiene el mayor déficit comercial con el país asiático, y que está por verse si el discurso proteccionista de la campaña de Trump es tan rígido como parece o si la gestión termina focalizándose en esa relación bilateral. “Además, [a Washington] no le conviene tener una mala relación con América del Sur, que hoy tiene gobiernos distintos a los Kirchner y a Dilma, para poder hacerle contrapeso a Venezuela”, apunta.

Actualmente, América del Norte es el segundo destino de las exportaciones del Mercosur: un 17% van hacia allí, comparado con el 31,6% que reciben los países asiáticos excepto los de Medio Oriente. Por otro lado, las importaciones que llegan al bloque sudamericano desde América del Norte son un 19%.

Una agenda de apertura

Sica observa una posible oportunidad en la retórica de Trump para las relaciones extrarregionales que tiene que emprender el Mercosur este año. “El bloque necesita una agenda de apertura y quizás este nuevo escenario le dé más libertad para actuar. En un contexto donde se están poniendo en tensión los acuerdos internacionales, hay más capacidad de avanzar en negociaciones donde se permita tener algún tipo de protección de mercado”, subraya.

Mientras tanto, un nuevo jugador se permitiría mirar al Sur: México podría convertirse en un potencial socio estratégico del Mercosur -y en el contacto hacia mejores relaciones con la Alianza del Pacífico- si se sigue desgastando su vínculo con su vecino de arriba. Actualmente, Brasil es el séptimo socio comercial de aquel país y la Argentina, el vigésimo primero, pero ambos podrían seguir escalando posiciones mientras sigan las tensiones entre Trump y su par mexicano.

No obstante, los especialistas recomiendan mejorar las relaciones comerciales con cautela: “Me imagino que México está muy orientado a producir para Estados Unidos, y no sé si nos conviene que redireccione la capacidad productiva para venderle al Mercosur. ¿Qué hacemos con la competencia de estos productos? Sectorialmente es un problema difícil”, apunta Tiscornia.

La Unión Europea

Finalmente, el nuevo escenario global también tiene su efecto en el posible acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, al que el gobierno de Cambiemos buscó dar mayor impulso durante su primer año de gestión. Los analistas coinciden en que este año no habrá mayores avances.

“No lo veo posible, y no por el Mercosur sino por la Unión Europea -evalúa Mercedes Botto, politóloga e investigadora en procesos de integración comparados-. En 2005 se frenó porque Brasil y la Argentina se dieron cuenta de que en Europa no iban a bajar los subsidios agrícolas. Este año las condiciones no cambiaron, pero Macri y Temer quieren continuar la negociación porque este tipo de acuerdos dan seguridad jurídica y atraen inversiones. Sin embargo, por parte de Europa no hay interés, más que nada por sus convulsiones internas relacionadas a la política.”

Más allá de las alianzas, ¿qué sucederá con el Mercosur en este año y en la próxima década en términos de estrategia comercial? Para Lucángeli, el bloque debería encontrar nichos en el mercado global de manufacturas, “como por ejemplo, instrumental médico”. Sica se inclina más por la matriz exportadora extrarregional tradicional: “Va a seguir siendo la principal plataforma de provisión de seguridad energética y alimentaria para gran parte del mundo, y es por eso que seguirá teniendo relevancia a nivel internacional”, concluye.