“Si falta usted, no habrá milagro”

Niedzwiecki“Si falta usted, no habrá milagro”

Por: Dora Niedzwiecki, investigadora y coordinadora académica del curso Estrategias de Intervención en la Escuela Secundaria: Asesoramiento en Salud Integral para Adolescentes, Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en Educación, Área Educación de FLACSO.


I- Un preceptor, un tutor, un bibliotecario, un ayudante de trabajos prácticos, un maestro de taller, un auxiliar de laboratorio, el portero… ¿de qué trabajan?, ¿qué de sus labores diarias desborda el listado de requerimientos formales para el desempeño de un rol?, ¿con quiénes se relacionan cada día dentro de la trama institucional?, ¿cómo responden ante a la complejidad de cuestiones imprevistas con las que los chicos llegan a la escuela?

El texto que aquí se presenta pretende realizar algún aporte para pensar la gestión de la vida cotidiana en las escuelas secundarias. Parte de la pregunta por los modos de materializar en cada rincón del sistema la voluntad política de incorporar a cada adolescente a las escuelas, cuidando que estas inclusiones habiliten actos educativos genuinos y dejen marcas vitales potentes en quienes realizan este tránsito. La experiencia nos indica que la decisión política de universalización de la cobertura con nuevas leyes y resoluciones complementarias, si bien es una condición necesaria, no resulta suficiente para materializar al interior del sistema las novedades que introducen estos marcos regulatorios. No es tarea sencilla y menos aún automática. Vale considerar entonces que los cambios sólo serán tales si se logra establecer al interior de cada espacio la pregunta por los modos de bienvenir a cada adolescente a las escuelas y comprometer en cada quien la decisión de “estar allí”, sumando para que “algún juego se arme”. El lenguaje técnico denomina a esto “intervenir sobre las matrices representacionales de los actores”.

Los siguientes testimonios pueden asistirnos al momento de visualizar la escena diaria escolar y aventurar líneas de intervención que, a la par de ocuparse por la necesaria transmisión de contenidos prescriptos en los diseños curriculares, den cabida a lo que efectivamente irrumpe a diario y ya no puede ser pensado ni mucho menos abordado en tanto déficit o excepción:

Daro está en cuarto año y se la pasa dibujando historietas. Además dice su preceptor que canta en una banda y escribe las letras de sus músicas. A la fecha adeuda Lengua y Literatura de segundo y tercero.

Tere y Diego son hermanos. Concurren a la escuela de un puesto fronterizo en medio de la cordillera. En tiempos de esquila, “alternan” ayudando a la familia con las ovejas y concurren cuando pueden a la escuela.

“Entro al curso, hora de tutoría. Tema “la convivencia”. Me informan que el papá de Pablo es golpeador y quiso abusar de él, que Marina pelea con los varones, que mataron al hermano de Lucrecia, que José es boliviano y no habla, que Micaela se queda sola porque la mamá trabaja y el padre está preso y que Lucas duerme en clase porque a la noche cartonea”.

“Melina tiene 17 años y su hijo año y medio. Concurre a la escuela por las tardes y de noche trabaja en un despacho de comida hasta el amanecer. Duerme durante las mañanas. Concurre a clase con intermitencias. Presenta asignaturas sin calificación por haber estado ausente los días de evaluación”.

“Juan Ignacio cursa primer año y tiene una orientación sexual que manifiesta abiertamente a sus compañeros. Cursaba en el mismo establecimiento en otro turno y fue cambiado debido a la falta de inclusión con el grupo, pero esta medida no solucionó la cuestión. Suma y suma inasistencias, debido a lo cual desaprobó la mayoría de las asignaturas”.

“Ayer en la sala de profesores se preguntaban qué hacer con Romi. Algunos sospechan que es abusada, sobran preguntas y las certezas son escasas”.

II- Hace un tiempo venimos construyendo junto a un grupo de directores y supervisores un punteo de reglas de juego que permitan organizar la tarea desde las nuevas condiciones sociales y políticas y colaboren en la gestión diaria de la vida en las escuelas. Las llamamos premisas. Seguramente sean de utilidad al momento de abordar dentro de cada escuela la responsabilidad ética de hacer lugar -y no de cualquier modo- a cada adolescente que reciben. Es un listado vivo y cambiante, se alimenta y va creciendo conforme seguimos avanzando, ensayando y pensando la labor de los actores escolares con la responsabilidad de gobernar un espacio de enseñanzas para vidas adolescentes. Aquí vamos:

-Cada alumna y cada alumno que ingresa a nuestra escuela es alumno nuestro hasta que egrese, no importa el tiempo que esto lleve.

-Buscamos que todas las chicas y todos los chicos que egresen de la escuela sepan qué los hace felices. En tal sentido, trabajamos inventando espacios y momentos en los que imaginen y compongan sus proyectos de vida, de los cuales formamos parte.

-El tratamiento de lo personal es un contenido en sí mismo, es pedagógico y hace la diferencia.

-Cada vida porta sus potencias. ¿Cómo nos movemos dentro de las escuelas para iluminar lo que cada chica y cada chico puede, hace, sabe, disfruta?

III- Existe una experiencia que conocí en el ámbito de salud, en el servicio de adolescencia del hospital Cosme Argerich. Allí se realiza una actividad denominada “El taller de la sala de espera”[1]. Surge en el servicio cuando los miembros del equipo visualizan la cantidad de tiempo que los adolescentes pasan en la sala de espera aguardando ser atendidos por los profesionales y los lleva a indagar sobre las posibilidades que habilita el cambio de signo de dicha estancia. Recreando las funciones de los propios recursos del equipo del servicio, el tiempo de espera inerte deviene productivo. En este caso, hablamos de “charlas de escucha atenta y sensible” en la sala de espera que suman a favor al momento de ser recibidos en el espacio de la consulta. ¿Qué aspecto de esta experiencia hospitalaria alcanzaría al andar automatizado del trabajo de los adultos en las escuelas? ¿Qué inventar para mejor intervenir? Afortunadamente, y dada la potencia infinita de creación de la que somos capaces, no lo sabemos, es tiempo de experimentar y fundar.

La fuga es una forma musical, un procedimiento de creación. Fugar… inventar. Invertir la potencia del malestar en un hacer que nos encuentre adentro, en el medio, buscando crear territorios. Nuestra apuesta entonces es a movernos para provocar encuentros y tejer ese “entre” necesario sobre el que viajará la enseñanza y se sostendrá el aprendizaje, interviniendo a su vez de modo tal que Romi, Diego, Melina, Marina, Lucrecia, Tere, Diego y Daro elijan la escuela porque es un lugar donde pasan cosas que dan ganas de estar.

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1. Servicio de Adolescencia. Departamento Materno-infanto-juvenil. Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich, Av. Almirante Brown y Pi y Margall, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tel.: 4121-0739/40