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Boletín digital de Educación Integral en Sexualidad para América Latina y el Caribe

Por: Javiera Romero y Francisca Munchmeyer de Proyecto Bienestar Mayor

Resumen: Los cambios sociodemográficos en la población mundial plantean nuevos desafíos en torno al bienestar de las personas mayores, uno de los cuales refiere a la sexualidad. En específico, se identifica un gran desconocimiento sobre cómo las personas mayores viven su dimensión sexoafectiva. Así, Proyecto Bienestar Mayor nace como una iniciativa que busca fomentar el conocimiento sobre la sexualidad en personas mayores en la Región Metropolitana de Chile. Para lograr esto se proponen diferentes medios: la realización de talleres, la ejecución de una investigación y la creación de un documental como una exposición.

Palabras clave: sexualidad, envejecimiento, historias de vida, placer, investigación-acción

Antecedentes

En Chile, tanto la investigación como el conocimiento y las iniciativas relativas a la sexualidad en el envejecimiento han comenzado a ser más frecuentes a partir de la última década. Así, a partir de la Encuesta de Calidad de Vida en la Vejez, por ejemplo, se sabe que mientras un 34% de las personas mayores tienen una vida sexual activa, un 60% de ellas declara que la sexualidad es importante en su vida (UC-Caja Los Andes, 2019).

Por una parte, respecto al corpus investigativo sobre este tema, se destacan los trabajos que caracterizan la sexualidad de la persona mayor, la vida sexual en pareja, abordan preguntas en torno a la sexualidad hechas por las mismas personas mayores, o profundizan sobre conductas y creencias sexuales sobre la sexualidad en la vejez (Herrera, 2003; González, 2009; Mardones, Paoli y Tapia, 2017; Acevedo y Bartolucci, 2019; Alcaíno-Veloz et al, 2019).

Por otro lado, existen experiencias de talleres sobre sexualidad en el envejecimiento en Chile. Algunas han sido sistematizadas (Mazzuchelli y Arévalo, 2019), otras han sido instancias levantadas por organismos públicos (Municipalidad de Colina, s. f.; Universidad de Santiago de Chile, s. f.; SENAMA, 25 de noviembre del 2019), pero tienen el común el haber sido proyectos de corta duración.

La vocación e interdisciplina al servicio de los derechos sexuales de las personas mayores 

En ese contexto, Proyecto de Bienestar Mayor, nace en respuesta al desconocimiento sobre la sexualidad en la vejez, bajo el entendimiento de la sexualidad como un derecho universal que debe ser resguardado en todas las etapas de la vida. 

Este proyecto es uno de los ganadores de los Fondos Transforma e Impacta de la Pontificia Universidad Católica y el Tecnológico de Monterrey, los cuales financian iniciativas creadas por estudiantes que propongan una solución creativa e innovadora, con posibilidades de crecimiento a diversas problemáticas sociales. Lo anterior en adhesión a la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Proyecto Bienestar Mayor está compuesto por un equipo interdisciplinario de 17 profesionales egresados y en formación de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pontificia Universidad Católica Silva Heníquez y la Universidad de Chile. Antes del inicio de los talleres, los miembros han sido certificados en sexualidad y envejecimiento por el Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento CEVE UC y en Primeros Auxilios Psicológicos por el Centro de Salud Mental Gerontológico Espacio Reconto.

El objetivo propuesto es fomentar el conocimiento sobre la sexualidad en la vejez en personas mayores de la Región Metropolitana de Chile. Para lograr este objetivo, se han privilegiado dos líneas de acción: la ejecución de talleres en 10 comunas de la Región Metropolitana, y el análisis de información emergente de Talleres para la publicación de un artículo, un documental y un manual.

Primera línea de acción: Talleres

Durante los meses de junio y julio se implementaron un total de 10 talleres, cuyo objetivo fue propiciar el intercambio de narrativas y conocimiento entre personas mayores respecto a las trayectorias vitales de su sexualidad. Para lograr ello, se diseñaron dos sesiones de taller de una hora y media cada una y para grupos entre 15 a 30 personas.

En ambas sesiones se proponen actividades que buscan indagar y hacer emerger la historia de vida de los participantes sobre su sexualidad y las creencias que marcaron esta. Desde esta propuesta, el tallerista se entiende como un facilitador que acompaña a las y los participantes para que compartan sus experiencias y opiniones sobre la sexualidad a lo largo de sus vidas.

Así, por ejemplo, durante la primera sesión se propone la actividad “Sexualidad en tres palabras”, en la cual se les solicita a los participantes que definan la sexualidad en tres palabras, con el fin de co-construir un concepto sobre esta. En la segunda sesión, después de indagar sobre experiencias que han marcado la trayectoria sexual de cada uno, se procede a realizar una exhibición de cosmética y juguetes sexuales. El taller finaliza con una ronda de opiniones sobre la experiencia y la entrega de diplomas.

Segunda línea de acción: Investigación, documental y manual

Al mismo tiempo en que se ejecutaron los talleres, se planeó la realización de una investigación. Esta tiene como objetivo analizar los significados que las personas mayores construyen sobre sexualidad a partir de sus trayectorias de vida. Para lograr ello, el proceso de recolección de datos se basó en la toma de notas en un cuadernillo de campo semiestructurado y en la recopilación de los materiales generados por los mismos participantes a lo largo de ambas sesiones.

A partir del análisis de lo recolectado, se busca generar un artículo académico que sistematice la experiencia. Asimismo, en consideración al gran beneficio social que implica el generar conocimiento sobre la sexualidad en el envejecimiento, además del artículo, se busca la generación de un manual del taller para que la experiencia sea replicada en otras partes. Adicionalmente, se apuesta por la grabación de un documental que sea protagonizado por los participantes del taller y que vaya en línea de los resultados obtenidos en la investigación, como se muestra en el video 1. (Díaz, 2022).

Innovación para la inclusión: un proceso de punta a punta

Conseguir una participación heterogénea en los talleres implicó un proceso creativo que abarcó desde la convocatoria, los procedimientos de toma de consentimiento y el desarrollo de las actividades. Así, por ejemplo, se privilegió el uso de diversos formatos de redes sociales para la convocatoria, por medio de mensajes de whatsapp, facebook, correo y formularios de google form. Respecto a la toma de consentimiento y aplicación de encuesta de entrada, se diseñaron instrumentos que privilegiaron el uso de simbología y lenguaje claro, con el fin de facilitar su aplicación en poblaciones con diferentes niveles educativos.

Finalmente, en el desarrollo de las actividades, se tomó previamente en consideración que muchas de ellas requirieron que la persona mayor escribiera en papel, lo que pudo haber traído complicaciones para quienes tienen bajo nivel de literacidad. En esa línea, los materiales artísticos se pusieron a disposición de quienes quisieran usarlos para no generar impedimentos en la participación de las personas mayores.

Desafíos y oportunidades de aprendizaje

Al ser Bienestar Mayor un proyecto inédito, se han presentado diversos desafíos a ser abordados para versiones posteriores. Identificamos cuatro desafíos que se transforman en oportunidades de mejora. En primer lugar, las limitaciones propias de la convocatoria online. Si bien hubo un esfuerzo de adecuación de la convocatoria a las características de los participantes, es importante tener en cuenta tanto medios digitales como presenciales para llegar al público objetivo de los talleres. Esto así para disminuir lo más posible las barreras digitales entre los potenciales participantes.

En segundo lugar, hay un desafío relativo a la duración de las sesiones. Si bien planteamos en un principio un tiempo estimado de 90 minutos, dado el carácter dialógico de las actividades, se estima que el tiempo de duración óptimo es de 120 minutos.

En tercer lugar, se nos presentaron dos oportunidades de mejora relativas a la dotación. Por una parte, como muchas veces las personas vienen con ánimos de compartir sus historias y conversar, es recomendable estimar una dotación de participantes entre 10 a 20 personas máximo. Por otra parte, resultó importante considerar una dotación de tres facilitadores por sesión para el buen funcionamiento del taller, considerando que durante este se requiere liderar las actividades, tomar notas de campo, repartir materiales y gestionar los comestibles o bebestibles. 

A modo de conclusión…

En definitiva, la propuesta de acción-investigación en Bienestar Mayor es un proyecto que contribuye al bienestar de las personas mayores de hoy y una inversión para las del mañana. A partir de lo vivido desde la implementación de los talleres, se considera que esta iniciativa contribuye a la creación de un círculo virtuoso de saberes, cuyo fin es abordar los tabúes sobre sexualidad y envejecimiento desde la misma experiencia de las personas mayores. Este espacio se comprende a sí mismo como lúdico, andragógico, inclusivo, con enfoque de género, con perspectiva de derechos y curso de vida. 

Resulta fundamental mayores esfuerzos por generar intervenciones y conocimientos que den mayores luces sobre la sexualidad en el envejecimiento. Dicho esto, es igual o más importante que esta generación se centre en las experiencias y necesidades de las propias personas mayores, con el propósito de minimizar los daños derivados de los estereotipos sexistas y “viejistas” a la base del tabú sobre estos temas.