← Boletín 23 - Abril 2024

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Boletín digital de Educación Integral en Sexualidad para América Latina y el Caribe

Haciendo camino al andar (2)

Ellas quieren y, sobre todo, tienen derecho a aprender: Educación menstrual en Nicaragua

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“Menarca la Monarca” es un emprendimiento social de educación menstrual que se implementa en Masaya, Nicaragua. Surge de la mano de Paola Cantero, una joven emprendedora que se propuso romper con el tabú que continúa siendo la menstruación.

Por: Paola Cantarero de “Menarca la Monarca”, Masaya, Nicaragua.

Introducción

Paola Cantero es una joven desarrolladora del proyecto Menarca la Monarca, emprendimiento social de educación menstrual que se implementa en diferentes escuelas de Masaya, Nicaragua. En un relato en primera persona nos cuenta de manera simple y clara cómo  y por qué inició la propuesta, sus principales objetivos y los resultados que va encontrando.

Qué es “Menarca la Monarca” y cómo surgió

“Menarca la Monarca” es un emprendimiento social de educación menstrual para niñas el cual nace desde mi propia experiencia. En Nicaragua el tema de educación sexual y, por ende, la educación menstrual sigue siendo un reto, la población no cuenta con información sencilla y veraz al respecto.

Cuando yo viví mi menarquía (primera menstruación) la única “información” que tenía eran los conocimientos básicos que me trasladó mi madre de cómo poner una toalla sanitaria y la duración aproximada de la menstruación. Ella, al igual que muchas mujeres, no contaba con información más detallada sobre salud y gestión menstrual, pero deseaba aprender más para acompañarme a mí y a mi hermana en este proceso.

Desde temprana edad me ha interesado la medicina y temas relacionados a la salud de la mujer. Gracias a esa inquietud de entender mejor mi cuerpo y conocerlo, poco a poco me fui informando más. Más tarde, debido a un proyecto escolar en 2021 investigué más a fondo sobre la educación menstrual para niñas y me di cuenta de que no solo fui yo quien vivió el momento de la menarquía en confusión, sino que era algo que la gran mayoría de niñas vive y que sus dudas no pueden ser fácilmente resueltas ya que no existe información adecuada a ellas y a su edad que sea de fácil acceso.

En Nicaragua sigue siendo una deuda pendiente con la niñez y juventud la implementación de la educación sexual integral. La salud menstrual es una necesidad latente pero invisibilizada y no trabajada en mi país. Bajo ese contexto, en ese mismo año decidí junto a mi madre, Silvia Fuentes, emprender una iniciativa que estuviera dedicada a brindar talleres a las niñas de 7 a 13 años y a divulgar información sobre educación menstrual bajo una perspectiva madre e hija.

Somos dos mujeres, madre e hija que compartimos desde nuestras vivencias y conocimientos la importancia de la educación menstrual desde temprana edad. Actualmente tengo 18 años y soy bachiller en ciencias y letras, desde que empezamos con “Menarca la Monarca”, he estado en constante formación en líneas en cursos especializados en menarquía y menstruación; así como en temas de innovación y emprendimiento social. Por su lado mi madre, tiene experiencia laboral en el sector social y de formación es abogada.

Principales desafíos y logros del proyecto

Sin duda uno de los mayores retos con los que me he enfrentado, es el choque cultural que hay en cuanto a la menstruación. La menstruación es un tabú tanto en las casas como en las escuelas y por esa razón, mucha gente se muestra reacia al respecto. Una estrategia que implementamos para acercarnos a las escuelas y centros es presentar el proyecto a través de cartas y/o correos en las cuales me presento como una joven lideresa que quiere compartir con otras niñas los cambios de la pubertad y explicando la visión que tenemos como Menarca la Monarca: “Que las niñas crezcan seguras y sin vergüenza de sus cuerpos”. En la propuesta que enviamos, especificamos la modalidad del taller, los objetivos y la duración de los mismos; la mayoría de las veces trabajamos cada taller con dos sesiones de 45 minutos.

Hemos notado que uno de los aspectos que más les ha llamado la atención a las escuelas interesadas, es que sea una mujer joven la que les hable a las niñas sobre su cuerpo. Hasta el momento, hemos logrado desarrollar talleres presenciales en 3 escuelas privadas y 3 escuelas públicas. Además, hemos impartido talleres en línea y presenciales con 33 familias, es decir, las niñas y un miembro de sus familias.

Si bien es cierto, en algunas ocasiones nos hemos enfrentado a la apatía de algunos centros, seguimos visitando y enviando correos con nuestra propuesta. Recientemente nos recomendaron visitar la delegación del Ministerio de Educación de nuestra localidad, la cual tenemos prevista realizar en este segundo semestre del año. En el camino, otros lugares nos han abierto sus puertas y hemos tenido experiencias encantadoras con las niñas.

 

Otro desafío con el que nos hemos enfrentado ha sido la carencia de manuales e información dirigida exclusivamente a las niñas sobre menstruación, todo el material que ocupamos durante los talleres ha sido adaptado por nosotras a un lenguaje sencillo y comprensible para las niñas. Para ello, nos hemos basado en el material de los cursos recibidos sobre la temática y los que hemos encontrado en internet como, por ejemplo: “Guía de Salud Menstrual” de la Escuela la Tribu (Chile), “Menstruación, ¡aquí estamos!” de Luz Frida, “Menstruación, mi cuerpo y sus cambios” de UNFPA.

A lo largo de estos dos años dando talleres hemos compartido con 430 niñas lo que nos ha permitido escuchar y observar lo que piensan y expresan en cada sesión. Al finalizar los talleres, concluimos con una evaluación que contestan las niñas con las siguientes preguntas abiertas:

  1. Qué les gustó del taller
  2. Qué no les gustó del taller
  3. Qué aprendieron

 

 

Gracias a este instrumento de recolección de datos hemos identificado lo siguiente:

1. Interés en conocer y aprender del tema.

En muchas oportunidades han expresado que se sienten agradecidas por haberles hablado del tema, que desean saber más y dónde pueden seguir aprendiendo.

2.Les resulta más fácil comprender a través de juegos o cuentos.

Como cualquier infante, quieren jugar. Las dinámicas son una excelente herramienta para que ellas asimilen información compleja de manera más digerible, además, los momentos de dinámicas les ayudan a mantener la concentración en las actividades.

3. La información que tienen se basa en mitos y tabúes.

La mayoría de las niñas enfrentan su menarquía con información básica, principalmente de naturaleza biológica, ligada a temas de reproducción, tabúes y prejuicios. No tienen información, sencilla y confiable. Además, sus familias las apoyan desde sus propias experiencias, creencias y miedos lo que perpetúa el paso generacional de desinformación sobre la menstruación y no reciben una orientación adecuada.

Durante las preguntas de control realizadas en los talleres y evaluaciones se evidencia que lo que conocen sobre menstruación se origina de esa desinformación. Ellas suelen preguntarnos sobre la veracidad sobre las creencias y mitos que han escuchado en sus entornos.

Este vuelo apenas comienza, nuestra visión es que las niñas tienen derecho a crecer seguras y sin tener vergüenza de su cuerpo y de ser mujeres. Nuestra misión es facilitar información veraz y en lenguaje sencillo sobre educación menstrual a niñas entre 7 a 13 años que no han tenido su menarquía que recientemente la han vivido y a sus padres, madres y/o tutores para acompañarlas en el proceso.

Como “Menarca la Monarca”, podemos confirmar que las niñas demuestran un interés genuino por entender sus cuerpos y sus cambios. Además, el que reciban información sobre antes de su menarquía, facilita a que las niñas vivan este proceso sin miedos ni vergüenza sobre su cuerpo. Ellas quieren y, sobre todo, tienen derecho a aprender.

Contacto: menarca.lamonarca@gmail.com