Posiciones en torno al conflicto docente

Históricamente la FLACSO ha sostenido y defendido a la educación pública como proyecto de ciudadanía y proyecto político educativo. Creemos que este es uno de esos momentos donde vale la pena sumar nuestras voces para contribuir a un debate amplio, democrático, plural y necesario.

Compartimos las opiniones de los investigadores de la FLACSO Argentina.

Luis Alberto Quevedo
Director de la FLACSO Argentina


Victoria Basualdo
Investigadora del Área Economía y Tecnología

En este comienzo de año en que el la discusión sobre la educación ha estado en el centro de la agenda, se produjo una alarma generalizada y muy justificada por el hecho de que quienes tienen a cargo las máximas decisiones sobre lo público expresaran un claro desprecio hacia esta esfera, refiriéndose a quienes “caen” en la escuela pública por no poder ir al sistema privado. Una gran cantidad de respuestas personales e institucionales enfatizaron una dimensión central: la “elección”, la toma de posición y la apuesta por la defensa de la existencia y defensa de la escuela pública como factor central en el sistema democrático. Creo sin embargo, que habría que cuidar muy especialmente que esta reivindicación de la elección, una cuestión central en este contexto, no invisibilice los condicionantes muy fuertes que se enfrentan a la hora de definir la inserción en el sistema educativo, desde la falta de vacantes para miles de alumnos que quieren asistir a la escuela pública, a las políticas deficientes de infraestructura y mantenimiento de condiciones estructurales, y la falta de reconocimiento de la tarea docente tanto en lo salarial como en las condiciones de trabajo tantas veces denunciadas, así como la infinidad de variables, cálculos y obstáculos que hacen que las familias tomen las decisiones de la mejor forma que pueden y no claramente en condiciones ideales.

Por eso creo que, para la defensa de la educación pública, sería de fundamental importancia repensar esta dicotomía planteada de manera simple, llana y homogénea, enfrentando a quienes asisten al sistema público con los que lo hacen al privado, que puede contribuir a aislar el muy activo proceso de debate y movilización actual y a anclarlo sólo en un sector (aquellos que pertenecemos al sistema público) provocando divisiones donde a mi juicio debería haber una búsqueda de ampliación y articulación. Dado que lo que está en juego en esta disputa es la educación y el futuro de la sociedad en su conjunto, el debate y la divisoria no debería enfrentar a quienes asisten a los colegios públicos y a los privados, sino plantearse entre quienes creemos en que el estado tiene la función indelegable y fundamental de sostener una educación pública y gratuita de calidad para todos, respetando los derechos de los docentes, pagando salarios dignos, proveyendo espacios adecuados, jerarquizando la educación, y quienes promueven y defienden sistemáticamente líneas de política que vulneran profundamente el derecho a una educación pública de calidad, y los derechos de los docentes como trabajadores. Creo central entonces avanzar en una convocatoria amplia para la defensa de lo público, que interpele no sólo a las comunidades de las escuelas públicas sino también a las de las privadas, cooperativas y de todo tipo para demandar en conjunto el llamado inmediato a paritarias nacionales docentes, un incremento salarial que jerarquice la función docente y un cambio fundamental en las políticas que permitan garantizar una escuela gratuita y pública de calidad para todos los chicos y las chicas del país.​


Carlos Strasser
Director de la Maestría en en Ciencia Política y Sociología

¡Viva la Ley 1420 de enseñanza pública obligatoria, laica y gratuita que ha sido nuestro orgullo un siglo entero y lo sigue siendo! ¡Y aguanten sus docentes, que no nos van a doblegar!


Pedro Bang
Coordinador del Centro de Estadística e Informática Aplicada (CEIA FLACSO/IDES)

Asociar los malos resultados de una evaluación a la escuela pública por el hecho de ser pública es por lo menos una forma demasiado fragmentaria de analizar un tema bien complejo como es la educación o una simplificación mal intencionada. La escuela pública es la que históricamente ha albergado a todos los sectores sociales y en particular a los más desprotegidos. La evaluación de los rendimientos debería considerar las diferencias sociales y los sesgos que devienen de los grupos socioeconómicos de pertenencia. Una misma nota para dos alumnos de distinto origen social no es objetivamente comparable. No se puede pretender que la escuela pública por sí misma o los maestros por sí mismos alivien los efectos sobre la educación de factores ambientales, contextuales, estructurales, sociales o como se quiera llamarlos y, más cuando aquellos que lo hacen promueven medidas estructurales que agigantan las inequidades sociales. Es un razonamiento muy limitado considerar a la escuela como el único factor sobre los resultados de la educación.

Por otro lado, yo he visto por experiencia propia cómo los mejores docentes del sector privado se mudaron en las últimas décadas hacia la escuela pública en busca de protección laboral y huyendo de las arbitrariedades e injusticias del sector privado regido por el objetivo primario de maximizar la ganancia. Objetivo por el cual también los ha reemplazado por mano de obra menos calificada, con menos experiencia con honorarios más precarios pero siempre subiendo las cuotas para asegurar o mejorar sus ingresos.


Carlos Skliar
Investigador del Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en Educación

Escuela Pública

“Lo público de las escuelas nada tiene que ver con el mérito, la calidad y las exigencias.
Se está allí para no dejar a los otros librados a su propia suerte, la mala suerte.
Se está allí para ir contra el orden “natural” de las cosas, esa “naturaleza” que algunos piensan que es inefable y que no se puede contradecir ni torcer.
Se está allí para que el mundo no se acabe y para que los nuevos hagan otras cosas con el mundo anterior.
Se está allí porque si no las publicidades, buena parte de los medios, las empresas y cierta política convertirían a los niños y a las niñas solo en consumidores y trabajadores sin decisión, ni vocación, ni pasión.
Se está allí, para que sea uno de esos lugares que luego recordaremos, quizá, como uno de esos momentos en que fue posible transformarse uno mismo por la presencia de otros y otras diferentes.
Se está allí para que la infancia y la juventud de un pueblo, de una ciudad, de un país, no se convierta rápidamente y antes de tiempo en una vejez indefensa.
Se está allí, en fin, para que ningún hombro se encoja, y la fatalidad no gane la partida.”
Yo, Carlos, egresado de la escuela primaria pública Francisco de Victoria y de la escuela secundaria pública Bartolome Mitre.


Silvia Duschatzky
Investigadora del Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en Educación

“Con los chicos en la escuela”
Si no digo lo que hay que hacer no es porque crea que no hay nada

que hacer. Todo lo contrario, pienso que hay mil cosas que hacer,
que inventar, que forjar por parte de aquellos que reconocen las relaciones
de poder en las cuales están implicados y han decidido resistir a ellas.
(Foucault, 1978).

Con los chicos en la escuela rezan los bien pensantes; aún sin vidrios en sus ventanas. Con los chicos en la escuela….sentados en bancos derruidos. Con los chicos en la escuela comiendo en los pasillos frente al derrumbe del techo del comedor. Con los chicos en la escuela ya sin netbook. Con los chicos en la escuela rindiendo pruebas que nada prueba de su relación inquietante con las cosas. Con los chicos en la escuela acompañados de maestros cansados asistiendo a la degradación material de sus vidas. Con los chicos en la escuela para no demorar el paso de los automovilistas por las “carreteras”. Con los chicos en la escuela para que los transeúntes se eviten el mal momento de toparse con la desmesura de los cuerpos.

Con los chicos en la escuela…y arréglatelas solita con más de 20 niños de dos años. Con los chicos en la escuela…

Con los chicos en la escuela (pública) mientras sus maestros “empleados” negocian con sus empleadores (dixit Marcos Peña en el Congreso reafirmando que la paritaria es asunto de cada provincia. Empleados con sus empleadores).

¿Cómo se lleva el sacrificio con el jolgorio emprendedor, tan machacado por las nuevas formas de gobierno?

Queda mucho por explorar acerca de lo que puede un maestro, mucho por investigar sobre la relación educativa y sus potencias. Mucho por pensar lo que nuestro saber no “sabe”.

“Los pibes no comprenden lo que leen”. ¿Y quienes leen la fuerza colectiva como una interferencia, qué comprenden? ¿Y cuando se lee el mundo como una carrera hacia el éxito, qué se lee? ¿Y mientras se lee el mundo con cabeza empresarial, qué no se lee?

Los cuerpos “agotados” de los maestros recorrieron miles de km para juntarse con sus compañeros, los cuerpos “agotados” de los maestros se inyectan fuerza cuando gestionan con los padres una movida barrial, los cuerpos “agotados” de los maestros reviven en el grito colectivo. Los cuerpos “agotados” de los maestros ocupan las calles; con las Abuelas bancando una lucha más y la misma lucha, con los estudiantes que “leen” su tiempo, con los padres y cualquiera.

No sabemos lo que un cuerpo puede, pensaba el filósofo Baruch Spinoza . No sabemos lo que esta efervescencia puede parir, y la del 8M y …y…y…


Pedro Núnez
Investigador del Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades en Educación.


Ana Miranda
Directora del Programa Juventud de FLACSO Argentina.