“Hay que desestigmatizar la vejez de las personas LGBT”
Fernando Rada Schultze, investigador del Programa de Envejecimiento de FLACSO, conversa con Diario Popular sobre la vejez de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Por Natalia Muñiz
Publicado en Diario Popular el 11 de septiembre de 2016.
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“Hay que desestigmatizar la vejez de las personas LGBT”
Así lo manifiesta el investigador Fernando Rada Schultze. “Se tiende a pensar que el envejecimiento LGBT es distinto, pero es un error grosero -afirma-. La vejez gay y lésbica suele ser más común de lo que la gente piensa”. Y sostiene: “Estigmatizar positiva o negativamente es un problema”.
Varios son los supuestos que circulan sobre la vejez de las personas lesbianas, gays, bisexuales y transexuales. Que están “más aptas” para enfrentar los desafíos que se presentan en esta etapa del curso de la vida o que la transitan en soledad son algunos de ellos, explica el investigador del CONICET y FLACSO Fernando Rada Schultze, quien da por tierra estos imaginarios y advierte que “hay que desestigmatizar” a este colectivo social.
“La vejez de las personas gays o lesbianas suele ser más común que lo que la gente piensa, tienen los mismos problemas”, afirma.
Sin embargo destaca que los y las adultas mayores LGBT sufren “una triple discriminación: por género, edad y clase social”.
Rada Schultze, Doctor en Ciencias Sociales (UBA), realizó varios trabajos de investigación sobre el envejecer de este colectivo en nuestro país. Recientemente expuso los resultados de su tesis en el XIII Congreso Argentino de Gerontología y Geriatría organizado por la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría.
En declaraciones a Diario Popular, Rada Schultze manifiesta: “Primero hay que hacer una distinción entre envejecimiento y vejez. El envejecimiento es un proceso gradual, envejecemos toda la vida, y entran en juego muchos factores. Y la vejez es una construcción cultural diversa. Yo tomé la diversidad sexual como un elemento a estudiar. Y lo curioso es que si bien tomo elementos para diversificar el estudio, los resultados no son tan diversos como se podía esperar a priori. Se tiende a pensar que el envejecimiento LGBT es distinto, pero suele ser más común que lo que la gente piensa, encontré más puntos en común que lo diverso”.
En este sentido indica que “se suele confundir que como fueron perseguidos (por su orientación sexual) en otras épocas van a tener un envejecimiento distinto, están ‘más aptos’ para afrontar los desafíos de la vejez y es un error grosero”. También agrega que “otro error es creer que van a pasar su vejez en soledad” porque prejuiciosamente se piensa que no formaron una familia o no tienen redes.
Vejeces
“A lo largo de nuestra vida pasamos determinados fenómenos, puntos de inflexión, que nos trastocan, nos condicionan de distinta manera, por eso hablamos de vejeces y no de un único modelo -explica el profesional-. Los gays, lesbianas y travestis sufrieron razzias policiales cuando eran jóvenes en las décadas del 60, 70. Se suele pensar que como fueron perseguidos están ‘más aptos’ para atravesar su vejez y es incorrecto”.
En este punto remarca: “Estigmatizar positiva o negativamente es un problema”.
Asimismo destaca que “se piensa que la vejez LGBT es sinónimo de soledad, lo cual también es un error, no están solos porque tienen redes, grupos de amigos, ‘segundas familias’ como las llaman”.
Rada Schultze agrega que investigó sobre “cómo vivenciaban esta combinación de doble discriminación: homofobia y viejismo. Pensé que iba a encontrar una vejez mucho más sufrida, pero muchos lograron pasar esos momentos de sufrimiento y hay resultados muy interesantes”.
Entre ellos, indica: “La vejez lésbica es un giro de 360 grados. Ellas no viven el nido vacío como un problema. En la mayoría de los casos, tuvieron que hacer una doble vida. De las mujeres entrevistadas solo una había sido madre en una pareja lésbica; el resto habían sido madres en parejas heterosexuales. Cuando lograron independizarse económicamente de un hombre o sus hijos crecieron y dejaron el hogar, ellas no vivieron el síndrome del nido vacío sino fue como una liberación, ‘ahora puedo ser quien quiero ser’, es un nuevo despertar, un momento de empoderamiento”.
Segundas familias
Respecto a los adultos mayores gays, el investigador comenta que le “sorprendió lo afianzado que son los grupos secundarios, la ‘segunda familia’ como ellos dicen, sobre todo en el interior del país”.
“En Rosario me encontré con un grupo que tenía el ritual de juntarse todos los viernes o sábados a comer en un bar, un pool”, destaca.
En este punto señala que así como en la vejez a veces “se reducen” las amistades también “se arman nuevas redes y parejas”.
“Tenemos el imaginario que las personas mayores no se enamoran, pero no es así. Hay nuevas parejas. También hay gente que descubre su identidad sexual en esta etapa de la vida y esa persona que se liberó de su matrimonio ficcional no quiere quedarse en casa, quiere vivir”, asegura.
Respecto a los cuidados ante alguna enfermedad, Rada Schultze destaca: “Hay quienes tuvieron hijos, les comentaron su identidad sexual y lo aceptaron. Hay quienes están en pareja desde hace años y otros que forman nuevas. Hay mayores que son cuidados por la segunda familia, donde el grupo adquiere distintas formas de cuidado y contención como en cualquier familia”.
Las travestis
En tanto, el profesional destaca que en su investigación “la mayor diferencia la encontró en las travestis porque ahí afecta mucho más el entorno social, familiar”.
“La mayoría de las travestis que entrevisté venían del norte del país y se radicaron en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, en núcleos urbanos porque ejercen la prostitución”, explica.
“La esperanza de vida es menor, así que relativicé la categoría de edad. Tuve que ver cuál era la edad mayor en ese grupo”, comenta. Asimismo destaca que “muchas veces, las travestis más grandes son quienes acogen a las más jóvenes que se encuentran solas”.
Y manifiesta que las distintas problemáticas que sufren “son una deuda profunda” a nivel social.
“Lo importante es que se van rompiendo las barreras”
El investigador del CONICET y FLACSO Fernando Rada Schultze destaca que las personas mayores lesbianas, gay, travestis y bisexuales “sufren una triple discriminación: por edad, género y clase social”.
Al respecto señala:
Por edad: “en la invisibilización de las personas mayores” de este colectivo.
Por género: “en este caso quienes tienen un lugar menor son las travestis y lesbianas”.
Por clase social: “las personas mayores entrevistadas no tuvieron el mismo envejecimiento que las personas mayores que fueron famosas, ni el mismo nivel económico ni las mismas posibilidades”
Sin embargo, afirma: “Lo importante es que se van rompiendo las barreras de que esta vejez es totalmente diferente o totalmente igual”.
“Cada persona es un mundo. Estamos atravesados por procesos que a veces nos equiparan o a veces nos diferencian, pero lo importante es que estas diferencias no nos quiten derechos”, remarca.
Por otra parte, Rada Schultze indica que en sus investigaciones se destacan “algunas cuestiones que son comunes a otros colectivos de personas adultas mayores, como por ejemplo, que todo tiempo pasado fue mejor”.
“Las personas LGBT la pasaron mal en su juventud pero esa época es importante porque forjaron su identidad”, explica.
“Hay personas mayores que son gays, lesbianas o travestis desde su juventud; y otras personas que realizaron su historia de vida como heterosexuales y descubrieron su identidad sexual en la mediana edad o vejez”, afirma el profesional.
En tanto, la ley de matrimonio igualitario, destaca, “fue un punto de inflexión, un fenómeno que logró un cambio social, pero de todos modos sigue existiendo discriminación”.