Mediación cultural, escuelas y territorios
Este curso forma parte de la propuesta de formación del Proyecto Vida Cotidiana y Escuelas del Programa Políticas, Lenguajes y Subjetividades (PLySE) de la FLACSO Argentina, área Educación.
Fundamentación
¿Qué implicancias tiene pensar la escuela en términos de un territorio, o en términos de una institución que trabaja en forma territorial? ¿Cuáles son los territorios de la escuela?; ¿Cómo se trabaja en-con-sobre ellos?;
¿Cómo se participa desde cada escuela en las construcciones sociales que hacen a los modos en que cada espacio es vivido, ocupado, configurado y transformado?; ¿Cuál puede ser el aporte de los lenguajes artísticos, el trabajo con lo simbólico, en esos procesos de lo escolar?
El territorio de cada escuela excede la literalidad física del aula y cada edificio escolar. La escuela es también escuela en el barrio, en otras instituciones de cercanías, en las calles, en las formas de habitar y recorrer el espacio público, en las redes. Concebir la escuela en ese territorio material y simbólico extendido habilita a revisar y habilitar escenarios de enseñanza y aprendizaje diversos, y también aporta a lo que se gesta en términos de construcción de ciudadanía.
Un mural. Una escuela que decide pintar un mural en una pared de su barrio. ¿Por qué pintar un mural?; ¿Cómo se dan los procesos de toma de decisiones?; ¿Cómo se diseña el boceto?; ¿Qué intencionalidad pedagógica viaja en cada componente de este proceso?; ¿Por qué pintar ese mural y no otro, con esta estética y no con aquella? ;¿Es lo mismo pintar un mural que “deja un mensaje” que uno que, sin palabras, instala un interrogante en el espacio público? ; ¿cuál es la intencionalidad pedagógica de instalar un mural en el espacio público? ; ¿Cómo puede continuarse el proceso cuando el mural está terminado? ; ¿Cómo se elige la pared?; ¿Qué lugar tienen en esas decisiones la/os distinta/os actora/es que están involucrada/os?
Un espacio de radio escolar. ¿Cómo se diseña la programación?; ¿qué relación guarda este espacio con el proyecto pedagógico de cada escuela y su propuesta curricular?; ¿Cómo se construye el público de ese programa?; ¿Cuáles son los roles de la/os adultos?; ¿Cómo se trabaja el marco de acceso a derechos de niños, niñas y adolescentes ?; ¿Qué significa dar participación a la/os estudiantes?; ¿Cómo se arma la trama entre la voz institucional, las voces de la/os piba/es, la voz de la comunidad?; ¿Qué sentidos respecto a lo político alientan este tipo de intervenciones escolares?
Este curso de posgrado se propone profundizar lo transitado en el curso antecedente: La mediación cultural en la escuela secundaria (y el arte como puente para habitarla desde el patio hasta el aula) a través de un proceso de trabajo que tiene dos partes. Primero, trabajar alrededor de la construcción de un recorte problemático relacionado con la escuela secundaria, sus territorios y sus vínculos. Segundo, la elaboración e implementación de un proyecto de mediación cultural pensado a partir de dicho recorte. En síntesis, la dinámica propuesta para esta segunda instancia dirige la mirada sobre los espacios de trabajo de cada participante, a partir de la idea de recorte problemático y la elaboración del proyecto.
Construir un recorte problemático requiere hacerse buenas preguntas, nos compromete a considerar la vida institucional desde una perspectiva relacional y, fundamentalmente, asumir una posición tal en la que siempre seamos parte de aquello sobre lo que nos proponemos intervenir. Un proyecto habilita la posibilidad de una intervención acotada, que, sin gestos de grandilocuencia refleje acciones orientadas a reverberar y que ponga en movimiento lo que pide transformarse, que conecte movimientos preexistentes que no lograban encontrarse. En definitiva, la conjunción entre una apropiada formulación de un recorte problemático y la elaboración de un proyecto mediación consistente, que provoque encuentros y altere la gramática escolar de lo que no funciona en el ámbito escolar es el centro neurálgico del marco de trabajo que presenta este tramo de formación.
Elaborar recortes problemáticos acerca de las escuelas y sus territorios tiene una relevancia singular en la época que vivimos, que a primera vista podemos encontrar en las reconfiguraciones espaciales que provocó la pandemia. Pero incluso más allá de los impactos de estos dos últimos años, el trabajo con la territorialidad supone una mirada político pedagógica ineludible. Se trata de pensar el rol que la escuela puede tener en la construcción de formas de lo común a través del deseo de arraigo relacional (Segato, 2016 ) y de elaborar preguntas sobre los modos en que se producen los encuentros (Berardi, 2020).A su vez , concebir intervenciones a partir de un recorte problemático desde la mediación cultural implica una construcción desde los lenguajes artísticos, en la que éstos no tienen como objetivo la formación de artistas sino el estar disponibles como materia de trabajo y encuentro. Lenguajes privilegiados para el trabajo institucional con lo que se desconoce, con una gran capacidad de alojar procesos de singularización (Rolnik-Guattari, 2006). Lenguajes con potencia para dar forma a tramas simbólicas en las que pueda elaborarse lo común, una forma de lo común más alejada de esquemas rígidos, más abierta a las transformaciones.
En cuanto a la dinámica de trabajo, los encuentros en forma de tutorías y ateneos permiten el intercambio entre cada participante y su proyecto con otras líneas de pensamiento, enriqueciendo así los ejes conceptuales ya abordados y desarrollando otros, en especial respecto a las problemáticas contemporáneas de la escuela como institución y las adolescencias de la época que vivimos en América Latina.