Igualdad de género y participación de las mujeres en la acción humanitaria para Bolivia

Propuesta conjunta entre la FLACSO Argentina y la oficina ONU Mujeres Bolivia.


Antecedentes

Las crisis humanitarias afectan de manera distinta a mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes y personas LGBTIQ+. Reconocerlo es clave para asegurar una respuesta humanitaria más eficaz y pertinente centrada en las personas y con un enfoque de género transformador.1 Como lo ha reiterado la Alerta de Género del Grupo de Referencia de Género del IASC, “las normas de género y las desigualdades preexistentes afectan de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas en situaciones de emergencia, incluidas las emergencias sanitarias.  El género, junto con otros factores como la edad, la orientación sexual e identidad de género, la etnia, la discapacidad, la educación, el empleo y la ubicación geográfica, pueden cruzarse para agravar aún más las experiencias individuales en las emergencias”.

En consonancia con las directrices globales, la acción humanitaria debe reconocer tanto las necesidades diferenciadas de los diferentes grupos de género y edad en contextos de emergencia, así como sus contribuciones en la prevención, preparación y respuesta a las crisis. Por ello, es clave que todas las personas y en especial mujeres, niñas y personas LGBTIQ+ estén en el centro de todas las fases de la respuesta y por ende en los espacios de toma de decisiones. Así mismo, que se potencien actuales y nuevos liderazgos, así como organizaciones de la sociedad civil que promuevan la igualdad de género, y se brinden oportunidades para que la igualdad de género sea promovida por el liderazgo, la programación y la coordinación humanitaria.

En Bolivia, ante las emergencias humanitarias, como la reciente pandemia de COVID19, profundizan las brechas de género persistentes y sistémicas que caracterizan a todos los países de la región, es prioritario fortalecer el compromiso de los diferentes actores humanitarios a garantizar la igualdad de género y los derechos humanos, así como asegurar que los esfuerzos de coordinación y respuesta integren el enfoque de género y promuevan la participación y liderazgo de las mujeres, niñas y personas LGBTIQ+. Aunque la región cuenta con avances y experiencias en este sentido, se requiere aunar esfuerzos para que sean mayores las capacidades para enfrentar las crisis con una mirada de género.

Siguiendo las directrices del IASC en cuanto a igualdad de género2, este curso busca ser una herramienta de formación contextualizada para el país y disponible en español que contribuya en la aplicación afectiva de la igualdad de género en todas las fases del Ciclo de Programación Humanitaria, a través de información, herramientas y ejemplos prácticos. Cabe anotar que, a nivel global, OXFAM junto con ONU Mujeres desarrollaron el curso virtual “Gender Equality in Humanitarian Action” disponible en inglés en el Centro de Formación de ONU Mujeres3.

La región de América Latina y el Caribe enfrenta desafíos que superan las situaciones de conflicto o postconflicto con los que tradicionalmente se ha asociado la agenda de mujeres, paz y seguridad. Entre ellos se destacan, los elevados niveles de criminalidad y corrupción, el deterioro del respeto de los derechos humanos, las altas tasas de violencia y discriminación contra las mujeres, jóvenes, personas racializadas, en situación de movilidad, defensoras de derechos humanos, periodistas, etc. La reducción de los espacios democráticos y de interacción con la sociedad civil, la creciente movilidad humana, los desafíos a la seguridad que implica el cambio climático y la vulnerabilidad ante desastres y emergencias, son todos elementos que contribuyen a una mayor conflictividad política y social y que deben ser abordados y posicionados tanto en un debate interno con las mujeres, jóvenes, personas LGBTIQ+, defensoras, como a nivel global. En este contexto es clave avanzar en la apropiación y consolidación de una narrativa propia de la agenda de Mujeres, Paz, y Seguridad en la región, que además responda a la evolución de los instrumentos normativos. Para ello es clave que el movimiento social pueda reconocer todas las resoluciones del Consejo de Seguridad que han ampliado el marco de acción para incorporar nuevas amenazas a la paz y la seguridad en ámbitos como las emergencias, pandemias o el extremismo violento, así como las recomendaciones generales de la CEDAW, que amplían la aplicabilidad en situaciones de conflictividad social o en emergencias humanitarias y desastres naturales. Urge entonces, favorecer escenarios de confluencia donde las voces de las lideresas, defensoras de derechos humanos, jóvenes y sus organizaciones sean escuchadas y encuentren un canal para que sus preocupaciones y contribuciones sean incluidas tanto en la acción humanitaria como en los diálogos sociales para la prevención de conflictos y construcción de paz. En este sentido, en Bolivia, ONU Mujeres busca fortalecer desde la perspectiva de género las capacidades y la rendición de cuentas en la coordinación e implementación de las respuestas humanitarias a personas refugiadas por el fenómeno climático El Niño.

Desde noviembre de 2023, El Niño ha tenido un impacto significativo, con precipitaciones que han excedido la media histórica. Esta situación se intensificó en febrero y marzo de 2024, resultando en inundaciones y deslizamientos de tierra que afectaron a los nueve departamentos del país. Según los informes del Viceministerio de Defensa Civil (VIDECI), entre el 11 de noviembre y el 4 de marzo de 2024 se han registrado 112 eventos adversos relacionados con las lluvias, poniendo a prueba la capacidad de respuesta del Estado. Contar con perspectiva de género es determinante en la capacidad de las personas para actuar durante y recuperarse de una crisis. Por lo tanto, la asistencia humanitaria no puede ser neutral respecto al género, ya que los contextos de crisis no solo revelan las debilidades estructurales de los Estados, sino también las vulnerabilidades específicas que enfrentan las mujeres y las niñas, cuyas necesidades suelen pasar desapercibidas. Así, la educación a distancia puede ser una herramienta que además de fortalecer las capacidades hacia ese objetivo, permite espacios de encuentro, intercambio, construcción de alianzas entre pares y una mayor apropiación de la agenda. Por ello, en 2024 se impulsa una adaptación del curso “Igualdad de Género y Participación de las Mujeres en la Acción Humanitaria” en el contexto boliviano, diseñado para fortalecer las capacidades de las y los funcionarios públicos para integrar el enfoque de género en todas las fases del ciclo de programación humanitaria. Asimismo, este curso capacitará también a personas de Costa Rica, Panamá y Honduras en el marco de un proyecto de movilidad humana con el mismo objetivo de integración del enfoque de género en el ciclo de programación de la acción humanitaria.