Territorios en acción: la sociedad civil frente a la pandemia
Columna de la Dra. Agustina Gradin, investigadora Área Estado y Políticas Públicas de la FLACSO Argentina.
Publicado el 28 de agosto de 2020, por Diagonales.com.
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La participación estratégica para garantizar el despliegue estatal en el territorio y la necesidad de un reconocimiento social y político a su trabajo esencial en estos tiempos.
Históricamente, la red de organizaciones de la sociedad civil en los territorios constituye una trama sumamente densa de entidades asociativas que cumplen roles de especial significación en la vida cotidiana de nuestro país. En los momentos actuales de movilización de capacidades de todo tipo para hacer frente a la pandemia de COVID19, estas entidades de base territorial están desempeñando un papel crucial en el sostenimiento de la estrategia nacional de aislamiento comunitario en los barrios. Estas organizaciones constituyen hoy resortes para el despliegue territorial de las campañas públicas, colaborando tanto en la viabilización de las prestaciones de las políticas sociales, como también en el apoyo a la prevención y asistencia sanitarias. Buena parte de las políticas sociales de contención y mitigación de la crisis actual en barrios populares se apoya en esta red asociativa, muchas veces invisibilizada por el sentido común mediático que estigmatiza y discrimina las acciones colectivas de los sectores populares, a la vez que enaltece las luchas por la libertad de los sectores conservadores de nuestro país. El valor de estos aportes de las organizaciones populares, sin embargo, solo resulta visible para quienes las conforman, puesto que no se cuenta con una fuente de información que registre estas iniciativas y que haga pública la riqueza de esta actividad. Forman parte de los trabajos “esenciales” de nuestra sociedad, pero no reciben el “aplauso” desde ningún balcón.
Por eso, el Observatorio del Conurbano de la Universidad Nacional General Sarmiento, junto con el programa de Organizaciones de la Sociedad civil de FLACSO Argentina y el Centro de Estudios Urbanos y Regionales de CONICET, impulsamos la iniciativa “Territorios en acción: Mapeo colaborativo: las organizaciones sociales hacen frente a la pandemia” con el objetivo de visibilizar las acciones que están hoy desarrollando los espacios asociativos para dar respuesta a la crisis social y sanitaria que genera el coronavirus en nuestro país. Este proyecto es un proceso colaborativo de amplia escala, involucrando a las propias organizaciones, como a otras entidades públicas, universidades y redes, en la tarea de mejorar, precisar y ampliar la información para el Mapa. Es una hoja de ruta que permitirá conocer mejor la magnitud, accionar e inscripción territorial de la trama asociativa de nuestro país, para así fortalecer su visibilidad social y su capacidad de incidencia en la agenda pública.
En el transcurso de los últimos meses hemos comenzado un proceso de construcción de información colaborativa y participativa donde la voz de las propias organizaciones se fue plasmando en un mapa interactivo que permite dimensionar el inmenso trabajo desarrollado por estos actores. Así podemos afirmar que, si bien la asistencia social implica la principal de sus tareas, la variedad de temas que estas organizaciones trabajan da cuenta de su capacidad de acción y de construcción de soluciones innovadoras y/o ya conocidas, pero que permiten sostener el tejido social de una buena parte de nuestra sociedad. Acciones vinculadas a educación y formación, niñez y adolescencia, violencias de géneros, diversidades, hábitat popular, trabajo y microemprendimientos, entre muchos otros, son algunas de las temáticas que fueron apareciendo con fuerza en el Mapa Colaborativo. Casi todas las organizaciones preexistentes han implementado iniciativas específicas frente a la pandemia. Dentro de ellas, un 50% atendiendo a la emergencia social y económica generada por el COVID 19, se dedica actualmente a la distribución de alimentos como primera trinchera frente a la crisis, y también al acompañamiento de sectores vulnerables, adultos mayores, niñeces y adolescencias, víctimas de violencia de género, entre otros. Su trabajo “esencial” merece el reconocimiento y el apoyo de los diferentes gobiernos y de la sociedad en su conjunto.
Por último, otro dato significativo que surge de la construcción colaborativa de datos es que su mayoría trabaja en red con otras organizaciones. Este tejido social, como ya lo habían señalado diferentes teóricos sociales, constituye un capital social ineludible para pensar la pos pandemia. Y esto adquiere otro sentido, también, cuando se cruzan estos datos con la percepción que tienen estas organizaciones sobre el Estado. Sólo un 30% informan recibir recursos desde el Estado en cualquier da sus niveles, evidenciando por un lado la capacidad de este actor para generar y poner en movimiento sus propios recursos, y derribando por otro lado, el “mito de la dependencia con el Estado” con que muchas veces desde diferentes sectores de poder se busca deslegitimar sus acciones. La participación y el protagonismo de las organizaciones de la sociedad civil en las políticas públicas es estratégica para garantizar el despliegue estatal en el territorio. Desde los grandes movimientos sociales como la economía popular o como los feminismos, hasta las organizaciones de base territorial, las sociedades de fomento, las cooperadoras escolares, entre muchos otros, son hoy un activo insoslayable para transitar una de las peores crisis socioeconómica – global. Por eso, es fundamental para transitar la cuarentena y para proyectar la salida de la crisis y la pos pandemia, fortalecer desde el Estado a este sector social de forma amplia y transversal, con recursos materiales y financieros, y con reconocimiento social y político a su trabajo esencial en estos tiempos.