Salud de adolescentes y jóvenes en tiempos de Pandemia

Mariana Vázquez, investigadora asociada del Programa Juventud, reflexiona sobre las situaciones socio-sanitarias complejas de adolescentes y jóvenes, que adquieren nuevas características en el actual contexto de cuarentena.
Publicado el 20 de mayo de 2020.

Cuando se habla de la situación de salud de la población adolescente y joven una de las primeras observaciones se refiere a la baja carga de morbilidad y mortalidad en este grupo de edad en relación a otros momentos del ciclo vital. Lo mismo se plantea en cuanto a la vulnerabilidad específica frente a la infección por COVID 19, ya que en la población juvenil el virus tendría un desarrollo menos letal que en los grupos de edad más avanzada.

Sin embargo, los factores que influyen sobre el proceso de salud-enfermedad en ese sector de la población no solo se vinculan con las probabilidades de contagio ni con la gravedad de la enfermedad; sino con otras situaciones socio-sanitarias complejas que adquieren nuevas características en el actual contexto de cuarentena, cuyo abordaje implica un importante desafío que debe ser enfrentado por los servicios de salud.

Adolescentes y jóvenes constituyen un grupo altamente sensible a las características del medio en el que se desarrollan, por lo cual las situaciones de vulnerabilidad, así como las oportunidades, las conductas y las capacidades que adquieren, son un reflejo de la sociedad en la que viven. Se pueden identificar entonces realidades muy diversas en las formas de transitar el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) según las condiciones sociales y económicas, y también las inequidades de género, entre otros factores relevantes. Las características de habitabilidad de la vivienda (si es un lugar confortable, si cuentan con un espacio propio o lo comparten con otras personas, por ejemplo); el entorno familiar y las crisis que puedan atravesar (si se presentan problemas laborales u ocurren situaciones de consumo, maltratos o violencia en el hogar, entre otros); los vínculos de pareja y los contactos sexuales, las relaciones con pares; el esparcimiento; el sostenimiento o no de las rutinas de estudio y/o laborales, son algunos de los conflictos que atraviesan la vida cotidiana de les jóvenes en este contexto de pandemia.

Aun cuando se trate de una circunstancia transitoria, el aislamiento implica una transformación significativa en múltiples aspectos de la cotidianeidad. Por eso la importancia de prestar atención ante distintas emociones que puedan presentarse, como irritabilidad, enojo, ansiedad, miedo, angustia o incluso depresión; teniendo en cuenta que las cuestiones vinculadas a salud emocional tienen tanto valor como la salud física.

En este sentido, es indispensable que el sector salud facilite los medios para la atención de adolescentes y jóvenes ante aquellas situaciones esenciales que deben considerarse como prioritarias durante el ASPO; garantizando el acceso inclusivo y equitativo a todas las personas en el marco de los derechos humanos y de acuerdo con la legislación vigente, sin discriminación por situación socioeconómica, etnia, género, orientación sexual o cualquier otra condición. Ellos son:

Acceso a métodos anticonceptivos (MAC), incluidos anticoncepción hormonal de emergencia.
Acceso a preservativos para la prevención de infecciones de transmisión sexual ITS.
Asesoramiento y prestación de prácticas de interrupción legal del embarazo (ILE).
Situaciones de acoso y ciberacoso (cyberbulling).
Abuso y violencia sexual.
Maltrato y otras situaciones de violencia intrafamiliar y de género.
Violencia policial e institucional.
Autolesiones con o sin intencionalidad suicida, e intentos de suicidio.
Suicidios consumados mediante acciones de postvención para la contención del entorno inmediato y reducir el impacto familiar y comunitario del evento[1].
Enfermedades crónicas y situaciones agudas de riesgo.

Se trata de situaciones complejas que requieren de un enfoque integral, y de abordajes interdisciplinarios e intersectoriales basados en la corresponsabilidad entre los distintos actores institucionales y comunitarios. La cuarentena llegará a su fin y en algún momento la pandemia estará controlada; pero mientras tanto no se debe perder de vista el impacto que tienen estas problemáticas sobre la salud y la calidad de vida de la población adolescente y joven, por lo que su tratamiento no puede ser postergado durante el ASPO.

[1] Un punto central en este tema es la imposibilidad de participar en velatorios y entierros durante el ASPO, con lo cual ante un suicidio u otra muerte violenta de una persona joven, resulta fundamental generar otros rituales de despedida para la elaboración del duelo, y espacios de comunicación y contención de familia, pares y quienes componen la red social inmediata.

Recursos para equipos de salud

Recomendaciones en relación a situaciones de suicidio y autolesiones en adolescentes y jóvenes en aislamiento
Documento destinado a los equipos de salud que deben realizar intervenciones frente a situaciones de suicidio, intentos de suicidio y autolesiones de adolescentes y jóvenes en el marco del aislamiento por la pandemia de COVID-19.

Recomendaciones para la atención de adolescentes y jóvenes
Hasta el momento, y de acuerdo a la información disponible, la población adolescente y joven no presentaría una vulnerabilidad aumentada en relación a la población general frente a la infección por el nuevo coronavirus Covid-19. Por lo tanto, se sugiere seguir las recomendaciones generales elaboradas por el Ministerio de Salud de la Nación, disponibles en: Recomendaciones para equipos de salud y actualizarse diariamente debido a lo dinámico de la situación.

Recomendaciones para garantizar el acceso a la salud de las personas trans, travestis y no binarias
En el marco de la Ley de Identidad de Género (26.743), ponemos a disposición las siguientes recomendaciones para la atención de las personas trans, travestis y no binarias.

Recomendaciones sobre la salud mental de niños, niñas y adolescentes en contexto de pandemia
Este material brinda consejos para poder contener y ayudar psicológicamente a los niños, niñas y adolescentes en el contexto de la pandemia.